DENUNCIAN OLORES NAUSEABUNDOS EN DEFENSA AL CONSUMIDOR

Ambos organismos del Estado ocupan el mismo edificio de José María Uriburu y Fontana, perteneciente al Ministerio de Economìa, están sólo separados por un piso de distancia: mientras Turismo está en la parte baja, Defensa al Consumidor se acomodó en el primer piso.
Los procedimientos que vienen encarando los inspectores de la subsecretaría que comanda provisoriamente Edgar Pérez suelen terminar cada jornada con enormes cargamentos de productos secuestrados, que son alojados en las oficinas de Turismo, antes de ser eliminados.
Un comerciante que fue a efectuar su descargo, luego de que su local fuera inspeccionado, se encontró con muy malolientes oficinas pertenecientes a Turismo. “Tuve que taparme la nariz para no vomitar”, dijo el hombre. Ya en la parte alta, y mientras esperaba ser atendido fue testigo involuntario de algunos de los efectos del cuadro: “Entre tres muchachos se burlaban del hedor, e incluso uno de ellos le dijo al otro que, si persiste en no se que actitud lo iba a mandar abajo, en un supuesto castigo como parte del inocente juego”, describió.
“Se de olores, esos eran de carne podrida, vacuna o de pollo; también en ese cargamento había leche en mal estado, o algún derivado de lácteos en descomposición”, detalló.
Como reflexión, dejó este comentario: “Uno viene acá a hacer su descargo, y en muchos casos, como en el mío, espera recuperar lo que le fue secuestrado porque cree que no correspondía; pero si la mercadería no es puesta a buen resguardo pasa lo que en estas oficinas: se pudre”.