EL HIJO DEL MODELO

LOCALES 03 de septiembre de 2020 Por DE N/REDACCÓN
Como pocos, es un multisueldos; no se lo conoce en los barrios; sus compañeros lo evitan porque no huele a peronista y le reprochan con fuerza el aire arrogante y la ropa cara. Su única virtud: es un elegido de Insfran. Trascendió socialmente, exclusivamente porque creo un taller de títeres.
muracciole x 2
Adriàn juega a los trompos con Adriàn ¿Con quién màs?

El concejal Gildista, Adrián Marcelo Muracciole, abandono el ignoto rol de “che pibe” del poderoso jefe de Gabinete, Antonio Ferreira, cuando el Frente de la Victoria apeló a sangre nueva para intentar derrocar al intendente municipal, Jorge Jofrè. Fue en 2015, y la empresa volvió a salirle mal al oficialismo provincial, aunque consiguió meter a Muracciole, empujado a puro billete y la conocida prebenda peronista.
“Mi candidatura a concejal es un compromiso del gobernador con la juventud; si hoy pertenezco a esta lista tiene que ver con un fuerte compromiso del modelo de provincia que conduce Insfrán para con la juventud”, había declarado al anunciar su postulación, blanqueando, sin que se le altere la cara, su cándido pasado político.
Se trata de un pequeño burgués, una especie de oligarca amañado a la formoseña que nada tiene que ver con el peronismo de base. Mira a los demás desde arriba. No se le conoce estructura política; fue seleccionado por sus virtudes parlachinas, para defender a Gildo, apelando al discurso fácil, exagerado y falaz, como varios de los que rodean al gobernador. Como todos ellos, también usa al máximo los cuantiosos medios al alcance para reafirmar que el Uno es el que la tiene más grande, el que grita más fuerte, que nadie es más lindo e inteligente, y que en Formosa no hay oposición.
Vive en una burbuja de irrealidad, donde el día a día es armado en base a teorías surgidas del deseo político, no de lo que el vecino siente, sufre o goza.
Suele ser identificado con el mote de economista, aunque su formación académica de grado lo llevó a obtener una licenciatura en Economía, cartón que estruja al máximo, en busca de ser visto desde lo más alto posible.
Como suele suceder en estos casos, sus ingresos permanecen en la más absoluta reserva, pero como el sol lo cubre todo, trascienden rumores atendibles que pueden explicar su vida holgada.
Desde el quinto piso B muchos aseguran que es asesor del gobernador Gildo Insfran, un cargo que el gran caudillo reserva para unos pocos, y al que destina ingresos cercanos a los 200 mil pesos.
En la Facultad de de Administración, Economía y Negocios (FAEN) de la Universidad Nacional de Formosa es, además, profesor adjunto simple, jefe de trabajos prácticos, consejero directivo; en la Facultad de Humanidades tiene una semi exclusiva, y un adjunto simple. Cada mes se alza con unos 75 mil pesos de la casa de altos estudios local.                      La única vez que se postulò para un cargo representativo en la UNaF, fue por el sector Docentes, apuntando a constituirse en consejero directivo de la FAEN. No reuniò las adhesiones necesarias y fue relegado, pese a contar con un notorio grupo de apoyo polìtico, proveniente de Belgrano y Josè Marìa Uriburu, aunque también de sectores independientes. Fallò a todos
No es todo; los concejales de la ciudad de Formosa tienen una dieta de 92 mil pesos mensuales, además de una suma bastante parecida en concepto de gastos de bloque, un rubro destinado a colaboradores, pero que los legisladores distribuyen hábilmente de modo que no todo abandone el punto de salida.
Resulta toda una ingeniería saber cuánto de estos números que, sumados, orillan el medio millón de la devaluada moneda argentina, quedan en poder del protegido del quinto piso B. De todos modos, es una cantidad lo suficientemente enorme como para entender el valor que Gildo les otorga a sus defensores públicos.
Del otro lado, poco o nada importa que se trata de un concejal que carece de representatividad objetiva; sólo fue metido a un poderoso vehículo que lo transportó al lugar que ocupa, para lo cual no se le reconoce esfuerzo alguno; si el rechazo de la dirigencia barrial peronista, que no admite el vuelo alto, sin antes transpirar, pisar el barro, y ponerle el hombro al más humilde.
Entre sus pares del Concejo Deliberante, tampoco goza de reconocimiento; allí también es reconocida su soberbia, aunque ninguno de ellos ignora que el principal mérito del economista en todo este tiempo fue haberle dado vida a un taller de títeres.

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