Fue consejera en la gestión de Evelio Irala dónde estuvo cerca cumpliendo un rollo de asesora, pero no pasó de ahí; ya preparaba el camino para su retoño Adrián.
Por supuesto, ella copio el modelo de Evelio Irala, total abandono de cátedras, un edificio por el cuál no se preocupan y desde luego una carencia total de gestión. 
Con este panorama vivió y se alimentó la decana subrogante Botteron. 
Ahora, con una resolución de la cual quiere hacer cargo al rector Parmetler, en la cual le hacen saber imponen conocimiento que no hacen lugar al pedido de acreditación de la carrera de Contador Público. 
La Lic. Botteron nunca llegó a la reunión en la cual debía ponerse en conocimiento de la situación preocupante para su facultad y ella ni se excusó. 
Lo más llamativo es que al acercarle la nota ella se encontraba en el mismo incluso saliendo a notificarse personalmente ¿Y su impedimento?
Las consultas realizadas tanto a docentes como a estudiantes arrojan dos alarmas desalentadoras para el futuro de dicha unidad académica. 
El Consejo Directivo lo maneja su hijo, el concejal gildista, Adrian Muraciole; es ese órgano de gobierno de la FAEN el que debe por indicación de la titular Botteron organizar todos los procesos de acreditación, pero se trata de una funcionaria que no mantiene ningún diálogo con su gabinete al punto de que no dialoga con su secretaria académica ni le asigna funciones, lamentable. 
Hoy a la Universidad Nacional de Formosa le preocupa este proceder mezquino, pues al parecer quieren hacer responsable al rector Parmetler pero no entienden que frustran el futuro de muchos jóvenes que quieren estudiar carrera profesional. 
Hoy el futuro de la carrera está en peligro y mientras esta señora juega frente a las cámaras con acusaciones falaces. 
Que se entienda que en un cogobierno cada facultad es independiente y tiene sus propias atribuciones, el rector Parmetler no tiene ningún grado de responsabilidad pues la nota de contestación y resolución ministerial y de la CONEAU, está dirigida a la decana subrogante.