LAS NEGRAS BANDERAS DEL PROFESOR

LOCALES 26 de marzo de 2021 Por DE N/REDACCION
No solo durante el gobierno militar de los oscuros 70 se violaron los derechos humanos esenciales en Formosa; durante el proceso democrático que arrancó luego de esa etapa acá también tuvimos con el gobierno del partido que hoy sigue gobernando, y en una época en que todos estaban unidos, el peor quebrantamiento jurídico de la historia: la “creación y vigencia” de una inconstitucional Comisaria del Menor donde se cometió la más cruel y grave violación sistemática a los Derechos Humanos.

Aunque con la democracia todas las victimas tuvieron la oportunidad de buscar y encontrar justicia y condena perpetua a los actores directos y también a los responsables en la cadena de responsabilidades que les cupo, persisten personajes que hoy salen a levantar las mismas banderas que entonces escondieron.
El 16 de octubre de 1989 es la fecha más negra de la historia de Formosa, y un verdadero hito en las violaciones de derechos humanos e impunidad, donde un grupo de niños encontró una horrible muerte, estando encarcelados en la tristemente célebre Comisaria del Menor. Fue por un incendio que consumió las pequeñas celdas, ya que no pudieron ser rescatados por que el policía que tenía la llave de la sede policial ubicada en el Lote 4. El efectivo se habría ido de pesca, dejándolos librados a su suerte, a merced del fuego que consumió sus inocentes y cortas vidas.
Nadie levantó la bandera de los Derechos Humanos en defensa de los humildes, de los niños, “los privilegiados”, no eran capitalistas ni oligarcas, eran pobres, vulnerables, con hogares sin estructuras, sin posibilidad alguna de defensa ni de futuro.
Una comisaria responsabilidad del Poder Ejecutivo, a través de su Ministerio de Acción Social, y del subsecretario de la Niñez, Juan Eduardo Lenscak, quien hoy se erige en defensa de los DD.HH. y como “referente” para enseñar y decirnos que son los Derechos Humanos, y que es “clandestino”, para concluir que “solo ellos lo pueden decir”.
Pues no, sus víctimas también claman y lo pueden decir, y no tuvieron la suerte de otros que alcanzaron ejercer sus derechos ante excelentes tribunales honestos, imparciales y probos, desde el fiscal hasta el último de los jueces, que le han reivindicado por los tormentos que pasaron.
Los niños no tuvieron esa suerte porque eran pobres, eran inocentes, no tenían un hogar bien constituido, el Estado no les garantizo lo que a ellos sí, no tuvieron necesidad de buscar y costear profesionales que los defienda, el Estado les brindo esa oportunidad, por decisión de un gran demócrata, ya que su contrincante en las elecciones propuso amnistía, y el posterior gobierno los indulto, hoy reconocidos como los “defensores contra los oligarcas, los capitalistas”
La Comisaria del Menor, fue creada por el gobierno, avalada por el Ministerio de Acción Social y la Subsecretaria de la Niñez, destinada a “encarcelar” a niños pobres, sin hogares o con hogares vulnerables, por robo de gallinas”, 
En una celda de 2 x 2 estaban diez chicos, una decena de ladrones de gallinas, hacinados, en mazmorras cerradas con candados porque eran “peligrosos” ya que podían robar gallinas de los poderosos. Ahí debían hacer sus necesidades, ya que les abrían por momentos y cuando querían, hacinados en medio de sus excrementos, bajo la responsabilidad del Poder Ejecutivo a través de su ministerio ejercido por el ministro ya fallecido y Juan Eduardo Lenscak, como subsecretario.
A la noche le abrían las celdas y salían de a uno para ser torturados y violados sistemáticamente por sus carceleros, en el medio del patio con frio, sin abrigo ni comida; ni un animal recibe este trato. 
Sus madres, los que la tenían, peregrinaban llorando tocando todas las puertas, El juez Gallardo reclamó, peleó y pidió a gritos por ellos, pero los carceleros cubiertos por sus jefes en las fuerzas policiales y el respectivo Ministerio, nunca escucharon, peregrinaron con Marcilio Leguizamón, el padre Delis Luque, monseñor Scozzina.
Nadie de ese ministerio, ya desaparecido, fue siquiera a constatar la más aberrante violación de los Derechos Humanos vividos en la provincia, en manos de un partido defensor y abanderado de los niños y los pobres.
No estaba el gobierno en manos de la oligarquía, o si, de la oligarquía política.
Aquellos muchachos no tuvieron la misma suerte de quienes les violaron sus derechos al ser también torturados, se buscó un “chivo expiatorio”, y se cerró con una detención “vip” un corto tiempo de un efectivo policial de la nefasta Comisaria del Menor.
Incrédulo por lo que leyó, viajo a Formosa el Dr. Elías Neuman, uno de los mejores penalistas del país e internacional, y fue a ver la comisaria; no pudo creer y escribió un libro sobre ese hecho.
No tuvieron los niños de extrema pobreza y vulnerables, la posibilidad de justicia hacia los demás responsables, los políticos, los que hoy nos quieren decir que son DD.H., que son violaciones a los DDHH, cuando ni siquiera pidieron perdón y no fueron investigados “hasta las últimas consecuencias”.   

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