NO TE ACCIDENTES UN FIN DE SEMANA!!!



Los médicos tienen una especie de paritarias, por eso también hubo conflictos que se transformaron en una especie de divorcio vincular entre el Consejo Directivo del Hospital Central y los profesionales destinados al Servicio de Emergencias, pertenecientes a todas las especialidades que se brindan en el establecimiento, incluyendo a los enfermeros.
Cuando la pandemia comenzó a dar muestras de su poder, los médicos de Emergencias acordaron un valor por las guardias activas y pasivas, con el director Mario Romero Bruno; a la hora de los bifes, parece que el directivo no cumplió el compromiso.
Los efectos de esta burla, esta falta de diálogo, este divorcio vincular, se notan los fines de semana: viernes, sábado y domingo, el Hospital Central es tierra de nadie. Los viernes, los médicos apagan los celulares, o ensayan las excusas más creativas para evitar las guardias. Este es un panorama que se repite de viernes a domingo. Pero el lunes todo vuelve a la normalidad.
EL PICARO DE SIEMPRE
Cuando el Coronavirus comenzó a hacer estragos en la provincia, se habilitó en el Hospital Central lo que los médicos llaman Torre Covid, en Mitre y Fotheringham. Sobre la Mitre se reunían los familiares de los internados, muchos de los cuales armaron una agenda de rezos diarios por la recuperación de los parientes.
Unas 60 camas, con todo el equipamiento para este tipo de patologías, como equipos de oxígeno y toda la tecnología apropiada formó parte en el Central del ejercito oficial contra el terrible mal.
Los médicos que estaban apostados ahí, en el tema de las guardias, pactaron en forma verbal, en ese entonces, 25 mil pesos por guardia; en el mes muchos hicieron diez guardias activas, acumulando 250 mil pesos.
Llegado el momento del pago, aparentemente Romero Bruno sólo efectivizó 40 mil, siendo una total incógnita el destino de los 210 mil restantes.
Cuando el ministro Aníbal Gómez fue confirmado en su cargo, los médicos fueron en patota a protestarle por el desplante de Romero Bruno. De inmediato el ministro convocó al director del hospital, quien en la cara de todos los presentes no tuvo reparos en mentir, al asegurar que se cumplió con todos, y que no quedaba nada pendiente.
Los médicos insistieron, y el ministro Gómez mandó a su mano derecha, quien hizo toda una auditoría contable, de donde surgió el desplazamiento de la contadora Clara, y surgió Romero Bruno como responsable de desmanejos operativos y desfasajes contables.
Muchos doctores de ese hospital extrañan la seriedad y capacidad de Cambra.