Carbajal se aparta de los dinosaurios, y diseña su propio plan para enfrentar a Gildo

DESTACADOS 21 de mayo de 2022 Por Max Alfredo Berenfeld
El diputado nacional acaba de dar un claro mensaje político, a propios y extraños, confirmando su propósito original: ser candidato a gobernador en 2023. Pero, lo más revelador del aviso es que admite no contar con los líderes del radicalismo local; es más, parece no importarle, y asume que su objetivo está por encima de ese apoyo.
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Fernando Carbajal jugó una carta muy fuerte en los últimos días, al suscribir “Formosa, el fin del miedo”, un documento político publicado por La Nación, donde describe con extrema crudeza su mirada sobre la provincia y sus gobernantes, y el tenue rol de su propio partido, y sus principales referentes, a quienes parece no tener en cuenta para el armado del proyecto con el que buscará sacar del gobierno a Gildo Insfran. Hoy Formosa es tierra arrasada. Es la tierra sometida a una autocracia, una oligarquía ejercida por un club de gerontes multimillonarios.
“Gildo Insfrán es un hijo del Estado formoseño y todo lo que tiene, imposible saber si es mucho o poco, se lo debe al Estado”, plantea Carbajal, en una de las dos grandes vertientes que tiene el texto publicado por el medio de alcance nacional.
“Pero no está solo. Es el vértice de un régimen “falaz y descreído”. Su gobierno se sintetiza con dos términos que Platón en La República señaló como desviaciones de la democracia: la autocracia y la gerontocracia patriarcal. Esta última no hace referencia a la edad cronológica sino a la composición de una oligarquía (un gobierno autoritario de pocos y para pocos) ejercida brutalmente por patriarcas de avanzada edad que controlan el poder económico social”, avanza, profundizando su mirada sobre el anciano gobernante.
“Insfrán es la punta del iceberg de un sistema que se encuentra en franca decadencia, cuyos representantes están desgastados por el ejercicio de un poder sin límites. Producto de esta permanencia incomparable en el poder, ha instaurado un sistema de control social y político que alcanza a la totalidad de los actores comunitarios”, ahonda. 
Sobre Formosa, sigue y plantea que en la provincia “casi no existen instituciones que hayan podido resistirse a integrar el “modelo formoseño”, el cual exige obediencia absoluta y el culto a la personalidad del líder. Estos datos confirman la conclusión de Platón: la oligarquía, para funcionar como tal, requiere que la cara visible del entramado patológico se comporte como un déspota y un monarca que exige sacrificios del pueblo, remarcando a cada paso que da, que posee la suma del poder público. Incompatible con los valores del sistema democrático”, reprocha.
Claramente, el ex juez suscribió un enfrentamiento con Gildo, con el que rubrica su completa decisión de buscar el principal cargo político de la provincia.
Pero, en la otra parte de su escrito, Carbajal da muestras de que no cuenta con Luis Naidenoff ni con Ricardo Buiryaile, en su derrotero hacia la gobernación. Sus cercanos, y el mismo, ya tuvieron, seguramente, suficientes muestras, de los valores políticos que animan al senador y al diputado, y comprendieron que por ahí no hay futuro para entrar al edificio de Belgrano y Uriburu.
“La oposición política ha sobrevivido malamente en un contexto tan hostil. De resultados electorales muy parejos con el oficialismo hace algunos años, la entronización del “modelo” produjo la migración de numerosos dirigentes opositores al oficialismo. Un expresidente de la UCR, que fue diputado nacional, terminó como intendente del PJ. Y hay varios ejemplos. Milagros del “modelo”, convierten opositores en oficialistas, a cambio de cargos o prebendas”, narra, criticando el fin de algunos de sus correligionarios.
“Los que sobrevivieron en la oposición, parecen cómodos en tal rol, y sin aspiraciones de gobernar, complicados en internas partidarias tan bizarras como superficiales, hasta hace poco no lograban mostrarse como una alternativa real de poder, habiéndose limitado a mordisquear, sin mucha convicción ni dedicación, los talones del líder”, embiste, desinteresado de los efectos de las principales cabezas partidarias, con lo que abre un surco, lo suficientemente amplio, como para avanzar en su proyecto, sin el apoyo de la estructura.
“De mi parte, estoy dispuesto a asumir los compromisos y hacer los renunciamientos necesarios. Veremos que sucede con el resto de los actores políticos. Y veremos también si la sociedad formoseña encuentra en su historia y en la lucha de sus ancestros las energías necesarias para superar el justificado miedo a la opresión y – de pie en su dignidad – cambiar la historia”, reta, convencido, solapadamente, que sus chances son serias.

Max Alfredo Berenfeld

Director.
Lic en Ciencias Sociales y Periodismo.
Integró 16 redacciones de medios gráficos de la ciudad de Formosa y de otros puntos de la Argentina, además de otras dos en Asunción, Paraguay.
Fue jefe de Redacción de los ultimos tres diarios en los que se desenvolvió.
Miembro de FOPEA.
Tiene 29 años de ejercicio de periodismo gráfico.
En la faz pública, se desempeñó como jefe de Prensa, del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Formosa, durante 12 años.

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