Nada más poderoso que el Estado. Nadie más poderoso que el administrador del Estado.
El gobernador Gildo Insfran tiene la obligación de desarmar este enfrentamiento entre formoseños, que se muestran con camisetas distintas, pero, en definitiva, cabezas de vecinos vestidos con las mismas aspiraciones y los mismos ideales.
¿Qué tan importante es tener la razón? Hoy, la cuna del enfrentamiento parece ser imponer la razón; un disparate discursivo que no puede imponerse a un bien determinante, y cada vez más escaso: la paz social.
Así como defendió la vida durante la pandemia, Insfran tiene también la obligación de proteger la paz social, porque detrás de ella, ahí nomás, está la muerte.
Ningún proyecto político es más importante que la vida de un formoseño; ni siquiera el regreso de la oposición al poder.
Formosa integra la Argentina, pero sus particularidades la exponen con valores sociales, muy distintas al resto de las jurisdicciones, principalmente la paz social que entre todos supimos construir, mucho más allá del nivel de agresiones que estimulan los espacios políticos locales.
Gobernador, tiene la obligación de terminar con este nivel de enfrentamiento entre formoseños; ninguna vida es más importante que lo que muchos creen está en juego.