GILDO TIENE MUCHAS DUDAS CON LA ADMINISTRACIÓN DEL ALTA COMPLEJIDAD


Ferreira es hoy el jefe político de la política sanitaria de la provincia, y se reporta a Insfran. El hombre, recorre los interminables pasillos del Hospital de Alta Complejidad. Todos los días, y por no menos de dos horas. A veces solitariamente, a veces en compañía de facultativos y funcionarios del hospital. Hay rostros de preocupación en la administradora, Margarita Batista, también en la directora administrativa, Carolina González, sobre la que recaen muchísimas dudas sobre su idoneidad para determinadas decisiones vinculadas con el manejo financiero, los otros dos directivos mantienen una actitud más relajada, sobre todo Hugo Bareiro.
El superministro cumple a rajatabla la orden del jefe: controlar que los lineamientos se cumplan, y que la recuperación de la calidad de los servicios se logre con la mayor celeridad posible.
El panorama es bastante claro: Gildo duda de la competencia de la nueva administración, no le convence la personalidad de la administradora, prefiere una conducta dura y segura para el cargo; por ahora debe conformarse con la lealtad política de la Batista.
Las recorridas de Ferreira no se limitan; visita todos los recovecos, habla mucho, baja línea, se muestra disconforme y directo cuando algo no lo convence, y recoge la mirada temerosa de la mayoría.
Claramente hay un tiempo de espera para que todo se ajusta; si los resultados no llegan, seguramente será el turno para alguien con más capacidad.