El divorcio del gobierno con la realidad del campo, disimula la pobreza de miles de formoseños


“Nada puedo celebrar del encuentro de la Mesa Productiva Local donde participe como Federación Agraria Argentina y donde al final de la reunión participó el ministro de la Producción y Ambiente”, dijo Panfilo Ayala, reconocido dirigente nacional de la centenaria organización.
“Cada reunión es siempre lo mismo: los funcionarios del gobierno local, provincial y nacional hablaron de trabajos articulados, de socialización, de comercialización de productos, de galpones de empaque, de logros del gobierno; los pequeños y medianos productores no ven reflejados en su realidad; muy por el contrario cada día se encuentran en peores condiciones productivas sin ninguna garantía de desarrollo familiar”, argumentó.
“Hace varios años, los pequeños y medianos productores de nuestra provincia venimos atravesando situaciones complicadísimas, y el gobierno solo se centra en realizar encuentros sin abordar temas que le preocupan realmente a las familias para continuar como agricultores”, amplió.
En la reunión, Ayala expresó la grave situación en la que se encuentra la producción agrícola local, admitió que “las familias productoras están fundidas económicamente”, y sugirió la necesidad de “aplicar urgente políticas públicas integrales que garanticen sustentabidad a la producción”.
El planteo del sindicalista fue plasmado días antes mediante una nota dirigida al gobernador, pidiendo la ampliación del Decreto de Emergencia Agrícola para que se incluyan a los cultivos que quedaron fuera del alcance de la medida, además de una ayuda urgente mediante un aporte no reembolsables con recursos de la provincia
A las pocas horas, disgustado por tamaña irreverencia, el Gobierno provincial salió a desmentir la artera mentira, y puso el habitual discurso de barricada en bocas de un funcionario el real propósito del discurso del gremialista de Laguna Naineck. “Es una pena que algunos sectores, como el caso del representante de Federación Agraria, promuevan el desánimo; es lo que menos necesitan las familias productoras paipperas y medianas”, postuló el enviado oficial.
El Gobierno provincial debería entender que no es tan malo admitir un error, o confesar que uno de sus funcionarios adoptó una decisión algo divorciada de la realidad que afecta a un sector de la sociedad formoseña; en definitiva sus integrantes son tan terrestres como el resto, y un baño de realidad bien serviría para fomentar la humildad y el decoro.
El perpetuo ideario de endiosar al gobernador, y ubicarlo en la mitología aldeana, sólo consigue generar la burla y el desprecio de todo el país, y de una gran parte de los formoseños.
La única reacción oficial en la materia es el esporádico suministro de semillas y químicos a las chacras, últimamente discontinuado, y el politizado aporte de los municipios a la hora de mandar sus tractores para limpiar o arar la tierra. Existe una marcado movimiento de nariz para armar la agenda de estos equipos; el perfume partidario es determinante.
El hombre de campo formoseños subsiste, lo que la tierra le suministra empuja a sus hijos a abandonar la colonia; no hay futuro sin un gobierno comprometido en abrir mercados y en una agenda de cultivos que incluya a todos por igual, y donde la política partidaria corra por afuera.
Mientras el ideario siga siendo conservar el poder, y la administración continúe sustentada en la coparticipación nacional de impuestos, la producción local seguirá siendo moneda de cambio, y sus actores estarán supeditados al mismo objetivo político.
Max Alfredo Berenfeld
Lic en Ciencias Sociales y Periodismo.
Integró 16 redacciones de medios gráficos de la ciudad de Formosa y de otros puntos de la Argentina, además de otras dos en Asunción, Paraguay.
Fue jefe de Redacción de los ultimos tres diarios en los que se desenvolvió.
Miembro de FOPEA.
Tiene 29 años de ejercicio de periodismo gráfico.
En la faz pública, se desempeñó como jefe de Prensa, del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Formosa, durante 12 años.