¿Hablará con completa franqueza el empresario Manuel Paoltroni cuando vocifera que puede sacar del quinto piso al dueño de la vida y la muerte de los poco más de 600 mil vecinos formoseños? No parece ser serio su planteo tan optimista, para enfrentar al propietario del bien público local, forjado a fuerza de temor, aprietes, persecución, pero también de obras, esas que sostiene con un discurso implacable y poderoso, mientras la calidad de vida de una inmensa mayoría es cada vez más precaria.
En toda la provincia, los intendentes seguirán apostando por su reelección, incluyendo cada vez más a sus parientes y amigos; un calco de lo que ocurre hace varios años a nivel nacional
¿Y por qué cambiar, si como están las cosas, los objetivos se cumplen, rigurosamente?
El Uno impondrá algunos candidatos y nombres ya conocidos para la ciudad, donde la reelección del intendente Jofré aparece muy avalado por lo que consiguió imponer en los rubros entretenimiento, gastronómico, deportivo y laboral. Pero también por una oposición más preocupada por su propio espejo, precaria de creatividad, sólo interesada en la exposición mediática, y bien lejos de respuestas concretas para los vecinos que siguen padeciendo los problemas del servicio urbano de pasajeros, y las calles en mal estado, principalmente.