Fotografía, amor y agua: una muestra íntima en The Ballery de Berlín

Una galería que refleja vida y sensibilidad

La galería The Ballery, ubicada en el barrio de Schöneberg en Berlín, se convierte en escenario de una exposición profundamente personal. Bajo el título “We Met in Summer” (“Nos conocimos en verano”), la muestra reúne obras de reconocidos fotógrafos como Wolfgang Tillmans, Herbert List, Will McBride y Bruce Weber. Todas las piezas giran en torno a un mismo tema: jóvenes hombres cerca, dentro o bajo el agua.

El curador detrás de esta propuesta es Marco Habrik, un suizo de 58 años que, en su vida profesional, se desempeña como jurista especializado en economía y derecho empresarial. Pero en su mundo íntimo, coleccionar fotografía se convirtió en un acto de equilibrio emocional. “Coleccionar me da paz, me impide perder el control”, confiesa Habrik. Esta es la primera vez que expone públicamente su nombre y su colección, iniciada en el año 2000.

Una colección marcada por una historia de amor

Más allá de su valor estético, la muestra tiene un trasfondo autobiográfico. Habrik recuerda con detalle aquel 31 de julio de 1994 cuando conoció a Simon a orillas del lago Zúrich. Lo que comenzó como un amor de verano se transformó en una relación de tres años. Hoy, Simon Williams, de origen británico, dirige The Ballery desde 2014 y fue quien convenció a su pareja de dar el paso hacia la exposición pública.

Espacio para nuevas voces

La muestra no solo incluye obras consolidadas, sino que también abre un espacio a la fotografía emergente. Habrik accedió a exponer su colección con la condición de incluir a un artista joven. El elegido fue Arthur Heck, un fotógrafo de Alsacia de apenas 25 años. Su serie “I Might Have Burned Myself” (“Podría haberme quemado”) también gira en torno al agua, aunque él mismo confiesa entre risas: “En realidad no me gusta mucho estar en el agua, ni siquiera voy al mar”.

Una colección que crece con el tiempo

A lo largo de los años, Habrik ha reunido unas 300 obras, muchas de ellas exclusivas. “Me di cuenta de que no tengo suficientes paredes para colgarlas todas”, bromea. Por eso, ha distribuido varias entre su despacho y las casas de algunos amigos cercanos.

El pictorialismo: una corriente que desafió los límites

Mientras tanto, una reflexión más amplia sobre la fotografía como arte también forma parte del espíritu de esta exposición. Un reciente estudio incluido en la colección Photo Poche explora el pictorialismo, un movimiento nacido en Inglaterra hacia 1890. Su objetivo era transformar la fotografía en una forma de expresión artística, alejándola de su función meramente documental.

Este movimiento fue impulsado principalmente por fotógrafos aficionados que intervenían en el proceso fotográfico de manera creativa: desde el uso de lentes especiales o desenfoques intencionales durante la toma, hasta el retoque manual de negativos o impresiones con procesos como platino, goma bicromatada o carbón, que permitían alterar radicalmente el resultado final.

Organizados en clubes como el Linked Ring en Inglaterra, el Photo-Club de Paris en Francia o la Photo-Secession en Estados Unidos, los pictorialistas promovieron su visión a través de exposiciones internacionales y publicaciones de lujo como la revista Camera Work, fundada por Alfred Stieglitz en 1903.

El legado de una estética artística

Aunque el pictorialismo perdió fuerza tras la Primera Guerra Mundial frente a una nueva generación que apostaba por la objetividad y la nitidez, sus ideales perduraron durante el período de entreguerras. Fotógrafos como Frederick H. Evans, Robert Demachy, Alfred Stieglitz, Edward Steichen o Gertrude Käsebier dejaron una huella imborrable en la historia del arte fotográfico.

Un diálogo entre pasado y presente

La exposición en The Ballery no solo ofrece un recorrido visual sobre la representación masculina en entornos acuáticos, sino que también dialoga con tradiciones fotográficas que reivindican lo artístico por encima de lo técnico. La muestra está abierta al público y promete ser una experiencia que conecta emociones, recuerdos y arte.