Las panaderías más destacadas de Buenos Aires y qué delicias probar en cada una

Cada 4 de agosto se celebra en Argentina el Día del Panadero, una fecha que no solo rinde homenaje a quienes elaboran uno de los alimentos más tradicionales, sino que también conmemora la fundación del primer sindicato del rubro: la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, creada en 1887. Fue recién en 1957 cuando esta jornada fue oficialmente reconocida como el Día Nacional del Panadero por el Congreso de la Nación.

El pan es parte esencial en la dieta cotidiana de los argentinos. Según una encuesta realizada por Puratos a más de 400 consumidores en el país, el 77% consume pan todos los días o al menos una vez por semana. Además, 8 de cada 10 personas tienen pensado seguir manteniendo ese hábito. Entre los aspectos más valorados se destacan la frescura (71%), el precio (61%) y el sabor (57%).

Con más de 10.000 años de historia, el pan ha acompañado al ser humano a lo largo de los siglos. En sus orígenes, la elaboración era doméstica y artesanal, una práctica que cobró fuerza nuevamente durante la cuarentena de 2020, cuando la masa madre se convirtió en una protagonista indiscutida en muchos hogares del país.

Durante mucho tiempo, el oficio de panadero estuvo asociado casi exclusivamente a los varones. Sin embargo, esto empezó a cambiar en los últimos años con la llegada de una nueva generación que combina técnicas tradicionales con una mirada moderna y diversa. Hoy en día, muchas mujeres ocupan un lugar central dentro de las panaderías, especialmente en espacios dedicados a productos artesanales y de calidad.

“Actualmente, vemos una mayor inclusión en todos los ámbitos, y el mundo de la panadería no es la excepción. Hay muchas panaderías de especialidad lideradas por mujeres. Esto tiene que ver con un cambio en la forma de entender el oficio, con el regreso a la masa madre y una revisión de los procesos de elaboración. Aún falta más presencia femenina en las panaderías barriales, donde la figura del ‘maestro panadero’ sigue siendo fuerte, pero ya hay señales claras de transformación”, señala Sofía Bruno, asesora técnica de la empresa belga Puratos.

En la Ciudad de Buenos Aires, cada vez son más los proyectos que tienen a mujeres como protagonistas en la panadería y pastelería. Algunos nombres destacados son:

  • Juliana Juárez, a cargo de la panadería de Atelier Fuerza, una propuesta que apuesta por panes rústicos, con larga fermentación y gran profundidad de sabor.

  • Tuni Oviedo, referente de Malcriada, un espacio joven y creativo que combina panadería y pastelería con identidad propia.

  • Sofía Jungberg, copropietaria y pastelera en La Kitchen, un lugar que se destaca por sus productos horneados y dulces con ingredientes nobles.

  • Estefanía Maiorano, quien brilla en la sección de panadería y pastelería de Narda Comedor, donde lo artesanal y lo saludable van de la mano.

  • Sol Eskenazi, Martina Schvarzstein y Camila Malvido, creadoras de La Garage, un proyecto cooperativo y sustentable con foco en productos orgánicos.

  • Melisa Baratta y Sofía Podestá, responsables de Cerca Deli, un emprendimiento que apuesta por productos frescos, de estación y hechos con conciencia.

Entre las panaderías más reconocidas también se encuentran Cocu, Boûlan y Atelier Fuerza, todas con propuestas que van desde lo tradicional hasta lo innovador.

Además, cabe destacar una opción interesante para quienes buscan alternativas sin gluten: Pan Sarraceno, que ofrece productos elaborados con trigo sarraceno, aunque no están certificados como aptos para celíacos.

En una ciudad donde el pan es mucho más que un alimento, estas panaderías reflejan el espíritu de una tradición que sigue viva, se transforma y se enriquece con nuevos rostros, sabores y propuestas.